Sarmiento: el hombre que ama a Rosas. (Literatura/Matías Rosas)
Sarmiento: el hombre que ama a Rosas.
Sublime. Horror y
atracción.
En el presente análisis tomaré
distintos recursos narrativos de la obra “Facundo” para demostrar que Sarmiento
admira y teme a Rosas. Desde la invocación al fantasma de Quiroga, la
autocrítica a la propia fuerza y cómo construye el terror. Todo el relato en
tono sublime. Utilizaré como puntos de
análisis, Hamlet de Shakespeare, citas de los textos “Sarmiento, escritor” de
R. Piglia y “Paulino Lucero y el sitio ‛La refalosa’” de J. Schvartzman, para fundamentarlo.
1. Fantasma:
“LA SOMBRA: “(…) Atiende. Si tuviste
amor a tu tierno padre… / HAMLET: -¡Oh, Dios! / -LA SOMBRA: -Venga su muerte:
venga un homicidio cruel y atroz.” (Hamlet, Acto I, escena X, pag. 31). El fantasma de su padre (la sombra)
le cuenta a Hamlet el secreto: su padre ha sido asesinado, y le pide que lo
vengue. El amor de Hamlet por su padre lo condiciona en el resto de la obra. En
“Facundo”, Sarmiento invoca al fantasma de Quiroga para develar un secreto (el por
qué estamos así en este presente, de guerras internas, luego de un comienzo tan
auspicioso de la república): “Facundo, provinciano, bárbaro, valiente, audaz,
fue reemplazado por Rosas”. Después de los “elogios” a Quiroga viene una
continuidad de adjetivos sobre Rosas: “falso”; “corazón helado”; “espíritu calculador”;
“hace mal sin pasión”; “inteligencia de un Maquiavelo”; “tirano”; “Grande, que
le prodigan sus cortesanos”; “grande muy grande es para gloria y vergüenza de
su patria”; “vencer al monstruo”; “la
Esfinge Argentina, mitad mujer por lo cobarde mitad tigre por lo sanguinaria”: (“Facundo”, pag. 11). Todos estos adjetivos, que
van del odio a la monstruosidad, dan cuenta de la admiración de Sarmiento hacia
Rosas.
No es coincidencia que el
comienzo de “Facundo” sea similar al inicio de “Hamlet”. En ambas obras la
invocación/aparición del fantasma funciona como disparadora de la trama: en
“Hamlet” la venganza y en “Facundo”, un modelo de país. Mientras que en la
primera el amor está en clave de locura, en la segunda el amor está en clave de
terror.
2. Autocrítica
a la propia fuerza, otro signo de admiración a Rosas.
“Rosas (…) organiza en
provecho suyo el sistema unitario que Rivadavia quería en provecho de todos.
Hoy todos esos caudillejos del interior, degradados, envilecidos, tiemblan de
desagradarlo” (“Facundo”, pag. 276). En este fragmento como en otros, Sarmiento
pone como ejemplo la forma de gobernar de Rosas. Hay varios ejemplos en toda la
obra a través de los cuales Sarmiento exalta a Rosas y hace comparaciones con
los unitarios, su partido.
3. ¿Cómo
se arma la figura del monstruo?
3.1. No aparición del
monstruo
“Sarmiento es un gran
escritor porque ese diálogo con Rosas (…) está siempre desplazado y ficcionalizado y es indirecto y está
mediado. Sarmiento nunca escribe un libro sobre Rosas, pero no hace otra cosa
que escribir sobre Rosas” (“Sarmiento, escritor”, pag. 31). Sarmiento habla de
Quiroga hasta el cap. 13 (¡¡¡Barranca Yago!!!), capítulo en el que muere Quiroga
y aparece Rosas. Oculta al monstruo, y lo hace aparecer al final, recurso para acentuar el tono de terror.
3 .2. La tortura
Schvartzman,
cuando analiza “La refalosa” de Ascassubi, habla de “la explicación de todo el
proceso de la tortura” (“Paulino Lucero y el sitio ‛La refalosa’”,
pag. 96).
“Facundo era uno de esos reos (…) abre el cráneo al
español mismo (…) deja una ancha calle sembrada de cadáveres (…) el arma que
hizo esto fue una bayoneta” (“Facundo”, pag. 101); “Tenía mucha aversión a los hombres decentes (“Facundo”, pag. 103); “Dominado por la cólera, mataba a
patadas”; (“Facundo”, pag. 104). “Facundo”, viéndolo como un todo, es una
tortura extensa. Continuamente, Sarmiento cuenta las atrocidades que hacían a
la gente, Quiroga, y luego Rosas, en su
intimidad, en las guerras, en las ciudades, en el desierto, en sus gobiernos.
3.3.
Diálogos violentos
Un diálogo de violencia simbólica (“Facundo”, pag. 176): “Quiroga
pregunta al uno: / -¿Cuánto da por su vida? / -Veinticinco mil pesos –contesta temblando.
/ -Y usted, ¿cuánto da? / -dice al otro. / -Yo sólo puedo dar cuatro mil; soy comerciante
y nada más poseo.” Diálogos como estos, define Schvartzman: “los diálogos
constituyen una afligente forma monológica (“Paulino Lucero y el sitio ‛La
refalosa’”, pag. 89), es otro recurso para la construcción del monstruo.
Concluyendo, “Facundo” es una obra
en la que Sarmiento cuenta sobre la dialéctica civilización-barbarie. Pero lo cuenta
desde el lado negativo según su posición política, desde la barbarie ¿Por qué? Porque
en la barbarie está lo sublime. El horror y la atracción. Eso es Rosas para Sarmiento. La
mayor parte de la obra lo hace de manera indirecta, por medio de Quiroga y,
finalmente, habla de él sin guardarse nada. Sarmiento admira a Quiroga, envidia la organización de gobierno de sus
adversarios y, sobre todo, ama a Rosas.
Comentarios
Publicar un comentario